miércoles, 7 de julio de 2010

Los papás

Hace tiempo que no escribía y hoy se me ocurrió postear algo que me causa mucha gracia. Como los papás nunca dejan de ser papás.

La gente cambia. Es fácil por ejmplo, encontrar un ex que hacía 10 cosas desesperantes y con la nueva pareja no las hace. Es fácil encontrar amigos que viviendo solos, ya no se comportan ni tienen malos hábitos como cuando vivían con sus padres, o tal vez ahora tienen todos esos malos hábitos que antes no los dejaban tener. Lo que no es fácil es encontrar por ejemplo, un papá que no se comporte como papá aún cuando tienes más de 30 años y ya no vives con él.

Hoy me di cuenta de ello porque fui a casa de mis padres a ver el partido de España. No hace más de 10 minutos mi papá se acercó y me dijo: antes de que te vayas le llamas a tu tía Pico. Yo lo miré raro, asentí con la cabeza y le pregunté: ¿para? Frunció el seño y mientras acomodaba y reacomodaba unos ganchos de ropa entre sí balbuceó y me dijo un poco enfadado: pues para ver cómo está, cómo sigue, cómo le ha ido, no sé. Se fue y a los 2 pasos se detuvo para decirme: bueno, si quieres. Se fue algo ofendido.

Entre las mil y un cosas que podría haberme dicho escogió indicarme una de esas atenciones familiares que te exigen cuando estás cerca. Háblale a tu prima que es su cumpleaños. ¿Ya le hablaste a tu tío para darle las gracias? Hablale a tu abuela que preguntó por ti en la mañana. Me da risa. Son cosas que tienes que decidir tú mismo. Ni siquiera por "ser grande" deberías hacerlo desde "pequeño". Nunca se fijan si esa prima a quien quieren que le hables es una persona horrible y no te llevas bien con ella. Sólo necesitan controlar las acciones de los hijos que para ellos reflejan sus acciones.

Mi tía no tiene ni la más peregrina idea de que estoy acá. No tiene la menor ilusión de que le llame para entablar una conversación incomoda que implique decir algo mientras piensas: no spe que decirle, ¿para que me habrá llamado? que raro que llama, su papá le debe haber dicho que me llamara, etc. Pero a mi papá en toda se sapiencia se le ocurrió, que ya que estoy en sus terruños, debería agrrar el teléfono y llamarle a su hermana para quedar bien.

Al menos no me ha mandado a bañar o a recoger mi cuarto, que ya ni es mío. Que risa.

Ah, y no, no le voy a llamar.