miércoles, 19 de mayo de 2010

Para sacar el estrés

Hoy voy a sacar mi estrés aquí, no el laboral si no el emocional. Todavía me sorprendo reaccionando ante cosas que creo no me deberían afectar. La pregunta; ¿porqué todavía lo hacen?

No parece, pero mi vida se ha vuelto muy complicada en los últimos años. Salí de casa de mis papás, hice el primer compromiso de pareja a largo plazo, cambié de trabajo, me cayeron muchos 20s y acepté muchas cosas que antes no había hecho. Cambié mi modus vivendi, operandi, y cualquier otro modus que se les ocurra, hasta el punto que los amigos más antiguos y cercanos, compartieron la opinión de que era una persona diferente. Mejor, mucho mejor, pero totalmente distinta.

Para personas como yo es peligrosísimo estar solas. "Es evidente que la soledad resulta peligrosa para las mentes que piensan demasiado... Cuando permanecemos solos durante mucho tiempo, poblamos de fantasmas el vacío". No hablo de "sola con mi soledad" si no de sola con mis ideas, con mis pensamientos. Un asunto en el trabajo ha tenido el tino de sacar lo peor de mí, situación que hace que reaccione, ante otras cosas, de manera mucho más visceral e inconsciente. No recomendable.

Ahora que veo Las Aparicio, me he quedado pensando mientras pienso, y sobretodo me he transportado al pasado, aunque no a los mejores días. Eso revuelto con las situaciones presentes; el estrés del coming out con mis padres para poder empezar a vivir transparente, el estrés del trabajo y la punta de estupideces que han hecho en este mes, el estrés de la lana para lograr tantos proyectos futuros, el estrés diario de la ciudad entre el tráfico, los viene viene y el caos intermitente, el estrés de la falta de tiempo para absolutamente todo lo que debería hacer, me tienen, digamos, loca. De esa loca que quisiera convertirse en un guerrero vikingo y matar dragones a espadazos sin fijarme quien es amigo de quien. Nada más ZAZ! espada, golpe, adrenalina y... silencio.

Con la novelita esta que se me ha hecho vicio, me he dado cuenta que he encarnado a casi todos los personajes que presenta.
He sido la novia del wey que odia a mi "mejor amiga" porque cree que somos más que amigas, he vivido los panchos, las jetas, las insinuaciones.
He sido la amiga que odia al wey porque en realidad quisiera que no fuera mi amiga nada más y además creo que es un pendejo.
He sido el wey que ve como la novia se le va sin poder hacer mucho porque es más pendejo que consciente y porque la atracción entre los otros es irrefrenable. He sido todo el triángulo amoroso.
He sido la esposa que idelaiza al marido pensando que no puede haber mejor persona y cuando sucede una tragedia se da cuenta que era un hijo de puta. He sido la que hace corajes mientras descubre como le vieron la cara día tras día y hasta año tras año mientras lo defendía y escribía cartitas de amor.
He sido la mujer liberada que se desquita tirándose a media ciudad, haciendo como que no siente mientras siente.
He sido la chavita mocha (aunque no ha ese grado) que se esconde tras una fachada defensiva para no arriesgarse a que le den en la madre.
He sido hasta la abuela, tratando de proteger a los demás, de cuidarlos para que no la caguen igual que yo, sin poder lograrlo siempre porque existe el libre albedrío.
He sido el wey que cree tener la sartén por el mango y lo pierde todo por un berrinche.

Y el punto es, que no puedo mirar eso y hacer como que no pasa nada. Cuando está el Cas no puedo pensar en otra cosa, pero cuando no está la cabeza se me va. Me acuerdo de mis estupideces y me siento culpable, me acuerdo de las estupideces de los otros y me da coraje, y me pregunto si así somos todos, o es que yo no puedo cerrar un libro sin volverlo a hojear de vez en vez esperando que cambie la historia.

Por ahora, sólo un Castor, una presa y una mantita de vaca, pueden protegerme del aguacero.

lunes, 3 de mayo de 2010

Comida Feliz

En este mes voy a añadir una sección de datos curiosos. Aquellos datos de los que todos estamos llenos, suenan interesantes y no le importan absolutamente a nadie. Sin embargo, en algún momento muy particular podrían servir de algo. Uno nunca sabe para que puede necesitar una comida feliz o pasar por intelectual, sin serlo.

Los 4 alimentos felices. ¿Eres lo que comes? Gracias a algunas sustancias que contienen y su interacción con otros alimentos podría haber algunos que influyan el estado de ánimo.

Existen 4 alimentos catalogados como comidas felices. Estos son el chocolate, el plátano (la fruta eh!), la piña y el chile (insisto con que es SOLAMENTE comida). Todos estos alimentso estimulan principalmente las hormonas que causan sensaciones de felicidad, bienestar y sueño reparador; y, sobre todo, que actúan como analgésicos naturales.

El Chocolate: El chocolate es perfecto para brindar un pequeño estímulo entre las comidas. El azúcar y la manteca de cacao hacen que el cuerpo sea receptivo a absorber triptófano, aumentando el nivel de serotonina en el cerebro, que junto con las endorfinas son consideradas las hormonas de la felicidad. El contenido de cacao en el chocolate también proporciona estimulante cafeína. Otro ingrediente en el cóctel de felicidad del chocolate es la feniletilamina, un derivado de la fermentación de los granos de cacao, que también eleva el nivel de azúcar en sangre y tiene un efecto excitante, estimulante.
Otra ventaja es que la proteína de la leche en el chocolate proporciona exorfina, un analgésico natural, y teobromina, una sustancia similar a la cafeína, que potencia aún más el rendimiento y estimula la circulación.

El Plátano: Mejor para la silueta, activa la “gestión emocional” natural. Los plátanos están llenos de nutrientes y fibras y contienen muy poca grasa en comparación con el chocolate; también son ricos en vitaminas, minerales y oligoelementos, y proporcionan al organismo un rápido aporte de energía. Además, los plátanos son fácilmente digeribles y pueden reequilibrar los niveles de ácido en el organismo. Y el triptófano que contienen ayuda a producir serotonina, la hormona de la felicidad, que tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso y fomenta el pensamiento positivo y un estado de ánimo optimista.

La Piña: La piña es otro estimulante del bienestar físico, y un aliado contra la frustración. Es rica en minerales y vitaminas y contiene compuestos activos que estimulan la producción de serotonina, generando una optimista vitalidad. Al mismo tiempo, otros componentes calman la ansiedad y alivian la agitación nerviosa.
La vitamina C que contienen las piñas también estimula la circulación y el metabolismo; la combinación de componentes activos fomenta la capacidad que tiene el cuerpo de autocuración, calma los nervios y ayuda en problemas de concentración y motivación.
Y si tomas piña por la noche, te estarás administrando una pastilla natural para dormir: por la noche, el cerebro convierte el triptófano en melatonina, la hormona del sueño.

EL Chile: Capsaicina es el nombre de la sustancia milagrosa que combate la frustración, la ira y la depresión. Se encuentra en el chile, y produce una ligera sensación de quemazón en la lengua.
El cerebro percibe este calor picante como si fuera dolor, y para contrarrestarlo responde liberando endorfinas que potencian las sensaciones de bienestar. Este efecto se conoce en biología como el “gran efecto pimiento”.

En conclusión empezar el día con un chocolate caliente y un plátano puede preparanos para tener energía y optimismo durante las 8 horas siguientes. Una comida picante y un juguito de piña en la noche para terminar el día relajados y nutridos, de la mejor manera.
De ahora en adelante, tomaré chocolate al llegar a la oficina, en vez de café. Ahora la cafeína sola no me parece tan atractiva. JAJAJA